Instituto Católico de Teología
Camino, Verdad y Vida
HISTORIA
En septiembre de 1974, en nuestra Arquidiócesis de Puebla, siguiendo los indicativos conciliares y pensando en la formación de los fieles laicos, sobre todo los miembros de los distintos grupos apostólicos, el entonces Arzobispo Doctor Don Octaviano Márquez y Toriz, creó con la ayuda de sus obispos auxiliares, Rosendo Huesca y Pacheco y Ricardo Guizar Díaz, la Escuela Diocesana de Teología para Laicos.
Se estructuró siguiendo el método expositivo de clases, dentro de un programa paralelo al del Seminario Conciliar, aunque más reducido en el número de materias. Desde entonces los maestros fueron y siguen siendo fundamentalmente los mismos de las diversas áreas académicas de la institución Palafoxiana. Durante cuatro años y medio, y siguiendo el ritmo del curso escolar, se imparten las cátedras que el plan educativo requiere. Su sede ha sido hasta nuestros días la Casa dela Cristiandad.
Dimensiones de Trabajo
DOCTRINAL
Inspirados en los documentos pontificios y siguiendo sus directrices, así como tratando de responder a los planteamientos cotidianos de nuestra iglesia, buscamos anunciar el Evangelio de Jesucristo a través de una catequesis programada, que inspirada en el catecumenado de las comunidades primitivas, ayude a nuestros alumnos a ir creciendo y revalorando su bautismo, preparándoles para refrendar en forma adulta y consciente su compromiso con la Santísima Trinidad.
Tanto los cursos de la escuela de Teología para Laicos, como los del Instituto Católico de Teología Camino, Verdad y la Vida , del primer semestre, inician en septiembre y terminan en la ultima semana de enero, así como los del segundo siguen con febrero y terminan a mediados de julio. Lo ideal seria que nuestros grupos de trabajo fueran de diez personas para poder intercambiar mejor las ideas, valorando más al alumno y sus aportaciones.
Dimensiones de Trabajo
ESPIRITUAL
También nuestro instituto cuenta desde su nacimiento con un equipo de laicos encargados de promover la Espiritualidad en nuestros alumnos. El estudio de las diversas áreas de la Teología nos va acercando a la mente y al corazón de Dios, a su forma de pensar y de amar, pero debemos dar más pasos para que todo nuestro ser profundamente trinitario desde su bautismo, viva ese trascendente compromiso todos los días de su vida.
Los días sábados a las 12.00 hrs. Nos reunimos en nuestra capilla para celebrar esa misma fe que ha ido creciendo gracias al estudio de la Palabra. El estudio pues y la celebración se retroalimentan recíprocamente, ya que ambos momentos forman parte del mismo proceso de maduración espiritual. Los miembros de cada curso repartidos en los sábados del mes, animan y ayudan a la celebración Eucarística.
Dimensiones de Trabajo
PASTORAL
La formación inicial de nuestro alumnado comprende, como hemos dicho, dos áreas de materias que se presentan durante durante los cuatro primeros años. Unas son bíblicas, teológicas y morales, las otras pedagógicas. Con este bagaje doctrinal y todos los elementos de la formación espiritual ya enunciados, pretendemos crear pastores, que a la manera de Cristo vayan también por el mundo a anunciar el Evangelio, especialmente a los más pobres.
Desde 1994, se han venido estableciendo diversos servicios sostenidos precisamente por la generosidad apostólica de nuestro instituto de Teología “Camino, Verdad y Vida” a los alumnos les pedimos que para que se involucren de lleno a nuestros trabajos, hayan terminado el cuarto año de su evangelización y hayan ya renovado solemnemente su bautismo.
Dimensiones de Trabajo
HUMANA
Nuestro instituto se compone fundamentalmente de adultos en quienes ya suponemos muy avanzado este proceso de valoración interna y muchas metas alcanzadas, sin embargo, nos esforzamos todos los fundadores por proporcionar a nuestros grupos de trabajo un clima de hermandad.
En este terreno de las virtudes humanas hay mucho que hacer, la diversidad de procedencias familiares hacen un conglomerado colorístico de diversas costumbres y actitudes. Esperamos que el Evangelio vaya poco a poco esmerilando asperezas y suavizando los espíritus, la urbanidad y las buenas maneras son la versión encarnada de la vivencia diaria de la Caridad, la cual comprende, asume, perdona y ama, como máximo esplendor de nuestra vida de fe. El saneamiento de nuestras relaciones y el uso adecuado de objetos y espacios comunes, forman parte de esta gran virtud.
Aquí ya encontramos algún artículo de Beatriz Torre de Robles, de Martha Carrera de Andraca la Historia de los Concilios; artículos de Carlos García Teruel y de Ma. Del Carmen Nava Hernández; aparece la sección de Videoteca a cargo de Sandra García de Montes, Ruth Fuenlabrada, y otros escritores también participan.